La magia del lugar no es resultado de una casualidad

Un músico agradece el sosiego que deja paso a la inspiración cuando se encuentra en medio de un proceso de creación. Aquí lo sabemos, por eso nos rodeamos de una huerta espectacular que da cobijo a una casa con historia.

Abuhardillado y con chimenea, el edificio de paredes irregulares de cal data de principios del siglo pasado y en sus orígenes sirvió como un secadero de tabaco ilegal. Las reformas nos han permitido dotar al estudio de luz natural y llegamos a divisar la Ciudad de las Artes y el skyline de Valencia.

La iniciativa al crear “Hankins Studio” hace varios años se desprende de nuestra pasión personal por la música. Respirar, hacer, trabajar por la música… ese es nuestro propósito.

Desde nuestra propia experiencia como músicos, entendimos que lo más importante era poner en el centro al artista para que sea capaz de sacar a la luz todo su talento, incluso aquello que aún está por descubrir.

De allí que “Hankins Studio” no sea un estudio típico en la que encuentras una zona de control y una sala de grabación, sino que el entorno es mucho más natural para que los acordes fluyan y la voz resuene. Ya sea al grabar una canción o un disco completo, la música para una película o incluso un jingle para un comercial, la experiencia nos ha demostrado que el ambiente que prevalezca en el estudio es primordial. Por eso nuestro criterio musical y lo aprendido, se pone al servicio de nuestros clientes para enfatizar o potenciar su propuesta.

Cuidamos lo técnico al milímetro, pero le damos especial atención a lo que se “siente” en el estudio. Estamos convencidos que esta es la única forma de conseguir productos auténticos, originales y con verdadera capacidad para transmitir.